Críticas de Cine 3.


Gravity.

Hay  juegos que en sí no tienen nada. Y con nada, me refiero  incluso a la  diversión. No obstante, son estos, o la gran mayoría de estos,  los que por una razón desconocida resultan sumamente adictivos. Es el caso del Candy Crush, Flappy  Bird, Doodle God o la infinidad de juegos de Angry Birds. No es algo novedoso,  es algo que viene de los juegos de gestión. Que con el paso del tiempo dieron el salto a la "gestión social" (The Sims). Y al final, incluso se expandió a otros que no eran propios del género.

Esto mismo es lo que ocurre a Gravity, difícilmente abandonaremos la pantalla cuando la historia resulta bastante llana.

Una misión espacial, norteamericana. De repente, desde Houston se habla del estallido de un satélite ruso y como éste ha desencadenado una reacción en cadena.  La transmisión da la sensación de ser de lo más normal cuando los restos destruyen la nave en la que viajaban matando a todos los tripulantes.  Sólo quedan dos, y la mejor opción es regresar a la Estación Internacional. Quedando uno por el camino, y salvándose únicamente la doctora Ryan Stone, la otra superviviente. Gracias a la base de los chinos,  que también va a ser destruida.

Lo mejor de la película es la fotografía, pese a los numerosos momentos de peligro, carece de tensión,  al ser aceptado el destino por los protagonistas como algo ineludible. Cosa que no sucede con la citada doctora pero ya es demasiado tarde. Además,  a todo problema siempre le corresponde una  solución.  El discovery es destruido, no importa, vayamos a la estación. La cápsula soyuz tiene desplegado el paracaídas haciendo imposible la reentrada a la atmosfera,  no es problema, podemos hacer uso de  la base china. Soy alejado de mi posición y ni siquiera sé en que posición me encuentro. Tampoco importa, de la nada aparece un compañero. Esto último ocurre al inicio.


Frozen. (El Reino de Hielo).
Camino hacia la madurez.

La gran mayoría de las películas que acostumbramos a ver suelen acabar en un final feliz.  Más, aquellas que están pensadas especialmente para un tramo de edad en concreto.
Pese a ello,  en esta película de Disney-Pixar estamos ante cierto carácter impredecible, de continuos vaivenes, que hacen pensar más de una vez que va a ser uno de esos films que terminan en desdicha.
Una película con cierta madurez que se aleja del ya clásico concepto lineal.  Una historia de princesas, una  un tanto alocada, y otra, con peculiares poderes que tras un accidente hace que se encierre sobre sí misma y se comporte como otra persona.
Aquí, los malos, la mala es demasiado buena. Y el bueno, un innombrable. Un títere en manos de la Fortuna y la Codicia.
PS: Quién haya visto alguna de las películas de la saga Tinkerbell (Campanilla) se dará cuenta que el parecido entre  hermanas, va más allá de lo físico. Y eso, que una de ellas en vez de ser rubia es pelirroja.

Bien podrían haber sido aquellas en una segunda oportunidad que les concedieran. Pues es de conocimiento popular que las hadas son Espíritus, en caso de que aquellas existan.


12 Años de Esclavitud.

Tras el éxito de películas como The Butler y Django, los distintos directores de Hollywood han redescubierto un filón que no da para más, y no es otro, que el tema de la esclavitud.
Como he dicho no es un género que de pronto hayan sacado de la chistera.  Precedentes los encontramos por ejemplo en la versión filmográfica del libro de Mark Twain, “La Cabaña del Tío Tom”.  Película ésta, un tanto idealista y de la que bebe la primera.  Por no hablar de un clásico entre los clásicos; Lo que el Viento se llevo.  Inspirada en la obra homónima de Margaret Mitchell.
Si bien, en esta citado film el asunto se mezcla con otros, como puede ser la Guerra Civil o el amor. En Django, sin no ser del todo un tema segundario viene a ser complemento de uno principal, la venganza.
Aquí en 12 Años de Esclavitud no nos vamos a encontrar ni con uno ni con otro. Lo que podía ser de ser narrado fielmente,  un documental. No hay que olvidar que está basada en hechos reales. Tiene cierto cariz que hace que le rechacemos de golpe encuadrarlo en el  género susodicho.
El dinamismo si en otras entregas vino de la mano de otros asuntos, aquí viene por parte de escenas para el espectador de hoy, irreales a la par que rocambolescas.  De hecho,  no dudo que no pudieran pasar, por ejemplo, que le dejaran colgado de un árbol mientras trataba sostenerse de puntillas por ser un “buen esclavo” al  ganarse la envidia del capataz. Es este cariz real y crudo de personas que quieren negar a otros su humanidad, lo que hace que permanezcamos atentos a la pantalla y pensemos para nuestros adentros: “Qué cxbrxnes.  Ojala que ponga un pie delante de otro y escape”.

Una película recomendable, no puedo decir que excepcional, pues no lo he sentido así. Pero que en gran medida da un carpetazo a un asunto que no dudo que se siga utilizando aunque más  como  un complemento  que como único plato. Pues es muy difícil sacar algo nuevo de lo que ya se ha tratado en profundidad.











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